Para los niños de mi generación, la Fuente de los Tres Caños era un lugar donde bullía la vida y la actividad diaria: burros y mulas con sus serones/aguaderas acarreando cargas de agua, mujeres con el cántaro al cuadril yendo y viniendo hasta el pueblo; otras lavando la ropa que luego tendían al sol sobre los matojos, y también yendo y viniendo al pueblo con sus hatos de ropa y sus lavaderos de madera. Éramos casi siempre los niños los encargados de acarrear el agua a pie, a veces un simple botijo. Y era una fiesta cuando nuestros padres nos mandaban aparejar el borrico (en mi caso, ir a por el de mi tío Calixto) y traer una carga de agua desde la fuente. Luego fueron los carrillos de mano, hasta que desaparecieron sustituidos por vehículos a motor.

La fuente era esencial a la actividad del pueblo, y parecía que siempre hubiera estado ahí.

Pero no fue así. Durante muchos siglos, los antiguos pobladores de Malpica carecieron de una fuente permanente para abastecerse de agua potable.

Las “Relaciones topográficas de los pueblos de España” que Felipe II mandó realizar en 1578 dicen que en Malpica “Abunda el agua, pero no hay fuentes”  

Dos siglos más tarde, en 1782, Malpica seguía sin tener fuente. Según la encuesta de Floridablanca, Malpica “Carece de agua y para surtirse ella, han de recurrir a la del Tajo, río confinante con la villa”.

La Fuente de los Tres Caños se construyó hacia el 1800, y solo desde entonces los malpiqueños pudieron disponer de un punto permanente de abastecimiento de agua. Esa escasez de agua potable en un pueblo con paludismo endémico (“tercianas”) fue seguramente una de las causas (junto con otras circunstancias económicas y sociales) de que la población de Malpica se mantuviera estancada, con algún repunte ocasional, hasta pasado el año 1800; y que solo creciera de forma sostenida a partir de esa fecha, como muestra el cuadro demográfico de Jiménez de Gregorio, reproducido por Ángel Corral: http://acorral.es/malpiweb/estadidemografia.html

En 1825 Fermín Caballero documenta ya la existencia de la fuente: la sitúa en el “Plano de Malpica” que elabora en esa fecha, y la describe así: Fuente de Malpica: Al E del castillo, orilla del Tajo. Es muy abundante por venir recogida sobre la capa de arcilla, pero en las grandes avenidas suele subir el río sobre su nivel y quedan los habitantes sin su única fuente. El sitio es incómodo para las mujeres y muy expuesto por la distancia al pueblo. Si se hiciesen algunas catas en los Toconales no dejaría de hallarse esta ramificación de agua y se podría hacer una fuente con caño más cómoda y segura, si es que no se podía acercar al lugar.

Como vemos, Caballero señalaba dos inconvenientes de la fuente: su distancia del pueblo y su excesiva proximidad al río. El pueblo terminaba entonces hacia la actual calle Santo y no estaba construido ninguno de los edificios auxiliares del castillo; había, pues, una buena distancia de descampado desde el pueblo hasta la fuente, como se aprecia en el Plano. Y, por otra parte, las crecidas del río eran entonces frecuentes, produciendo la periódica inundación de la fuente.

La solución que proponía Caballero consistía en buscar la veta de agua perforando más arriba, donde estaban los olivares hasta no hace muchos años. Así se evitaría el primer problema (la proximidad al río) y se reduciría el segundo (la lejanía del pueblo).

No se llegó a hacer esa obra, ni a la larga fue necesaria. Pues, por una parte, la expansión del pueblo acercó considerablemente la zona urbana a la fuente; y, por otra, la regulación del Tajo fue eliminando las “avenidas”. Más tarde, la instalación del agua corriente, hace unos 60 años, dejó fuera del uso general el agua de la fuente. E incluso su agua dejó de considerarse potable.

Hoy día, la antigua fuente subsiste como un hermoso lugar de esparcimiento y paseo que merecería ser recuperado y, sobre todo, ser respetado y cuidado por sus usurarios; pues las rehabilitaciones parciales que se realizaron no duraron mucho tiempo.

Paco Corral                                                                                            (18/12/2020)

(Escribo Fuente de los Tres Caños, y no “de los Tres Chorros”, siguiendo la opinión de Ángel Corral, que comparto: http://acorral.es/malpiweb/malpiflash/galerifuente.html )